La vida tal como la conocemos no sería posible sin una molécula llamada NAD+ (Nicotinamida adenina dinucleótido). Es una coenzima esencial abundante en todas las células vivas y que participa, entre otras cosas, en la generación de energía en las mitocondrias a partir de los nutrientes.

Otra de sus funciones es el de “molécula señal” como sustrato importante para varias enzimas asociadas con la reparación del ADN, varias reacciones redox y en el metabolismo energético; por lo que su decaimiento está asociado con la aparición de procesos degenerativos asociados a la edad.

La importancia de NAD+
Si nuestros niveles de NAD+ cayeran a cero, ¡nuestros cuerpos se apagarían en segundos!

Desafortunadamente, a partir de la madurez, nuestro cuerpo comienza a perder su capacidad natural para mantener el equilibrio en el metabolismo del NAD+, ¡perdiendo hasta el 50% de nuestros niveles de NAD+ entre las edades de 40 y 60!

Esta disminución de NAD+ implica que con el paso de los años, nuestras células no pueden producir el nivel de energía que necesitan para mantener nuestra salud, lo que resulta en una reducción significativa de la calidad de vida.

La biosíntesis de NAD+ regula no sólo metabolismo energético sino la actividad de las Sirtuinas y otras proteínas necesarias para el mantenimiento celular.

Una forma de promover la disponibilidad celular de NAD+ es la administración de precursores tales como Nicotinamida (NAM), Nicotinamida Ribósido (NR) o Nicotinamida Mononucleotido (NMN) por vía oral.

Sin embargo, se ha demostrado que tanto NR como NMN, cuando son administradas por vía oral, son transformadas en Nicotinamida (NAM) a nivel intestinal y aparte, sufren un efcetoo de primer paso importante. Por tanto, la forma más adecuada de incrementar la síntesis de NAD+ es administrar directamente Nicotinamida.

Es un polifenol presente en numerosas plantas y frutos que actúa como fitoalexina y se sintetiza como respuesta a agresiones medioambientales.
Hace más de 30 años se asilo y empezó a ser objeto de estudios in vitro e in vivo que indican que se trata de una molécula biológicamente activa con propiedades saludables.

Se ha demostrado que ejerce una función protectora frente al envejecimiento ya que aumenta la síntesis de NAD+ por retroalimentación positiva vía NAMPT y activa la enzima Sirtuina 1 (SIRT1) que participa en el alargamiento de los telómeros: unos ‘escudos protectores’ del ADN en el proceso de reprogramación celular.

La administración conjunta de Nicotinamida y Resveratrol tiene efectos sinérgicos para proteger las células contra el estrés oxidativo, reparara el ADN y combatir el estrés metabólico-energético.

Los fosfolípidos celulares (fosfatidilcolina , fosfatidiletanolamina y fosfatidilserina) son el componente mayoritario de la membrana celular así como de las de la membranas interior y exterior de la mitocondria, lugar donde tiene lugar gran parte del metabolismo energético.

Los fosfolípidos proporcionan fluidez a la membrana, una propiedad que influye en los procesos membrana-dependientes: actividad de proteínas que actúan como receptores o enzimas, paso selectivo de moléculas a los espacios celulares y en el caso de la mitocondria, procesos de generación de energía.

El mantenimiento funcional de la bicapa lipídica de las membranas precisa de una constante renovación de los fosfolípidos, por medio una síntesis y catabolismo constante.

El equilibrio entre síntesis y catabolismo fosfolipídico se deteriora con la edad dando lugar a la aparición de desórdenes neurológicos edad-dependientes. El incremento de la síntesis de fosfolípidos a través de la administración de precursores tiene acción neuroprotectora.

El mantenimiento de la síntesis de fosfatidilcolina a través de un incremento en plasma de los niveles de UMP se ha demostrado eficaz en el mantenimiento de la adecuada síntesis de los fosfolípidos de membrana contribuyendo a la homeostasis celular y mitocondrial.

El adecuado nivel de NAD+ intracelular, de la homeostasis energética mitocondrial y de la funcionalidad de la membrana son procesos que permiten la respuesta celular adecuada frente a demandas de alta energía en el esfuerzo exhaustivo, estrés o procesos degenerativos.

NAD+ es el combustible metabólico de nuestro sistema nervioso, pero también es uno de los cofactores más importantes en la salud del sistema inmunológico.
Las PARPS (Poly-ADP-Ribose polymerase) tienen un papel crítico en la regulación de la respuesta inmunitaria innata. Son una familia de proteínas involucradas en varias funciones celulares y consumen gran cantidad de NAD+ para su funcionamiento.
Los niveles de NAD+ bajan a medida que envejecemos y se puede ver afectada la respuesta inmunitaria, fundamental en la defensa ante agentes externos y cambios internos celulares que pueden afectar nuestra salud.